Sin saber cómo sientes que ya no estás en tu casa, pues en la habitación
donde estabas había un ordenador y unos muebles y ahora te encuentras en una
sala circular de paredes blancas y lisas, suficientemente grande, de unos 4
metros de diámetro, en el suelo, casi ocupando toda la superficie hay una
colchoneta también circular sobre las que estás sentado o sentada con las piernas
estiradas.
No hay aparentemente salidas.